Una novela que evite divagar por las socorridas aguas del desencanto juvenil, la juerga perpetua y del desvarío existencial a fin de siglo sería la rara avis de esta época. Ernesto Carlín (Lima, 1975), egresado de las canteras literarias en la Universidad Católica -y de otras praderas que no citamos para no desanimar a sus posibles lectores-, presenta su primera novela, "Falso al Amanecer", para sacudir en tono de joda a los no pocos cultores del desencanto juvenil volcado a la literatura peruana de esta finisecular década. "Falso al Amanecer" desborda por su humor, sus exageradas situaciones, su inusual oído callejero y la voluntad de enterrar aquello que las malditas y trasnochadas plumas barranquinas y quilqueras intentan imponer a través de sus escritos. El Maestro, personaje principal de la trama, es de lo más imaginativo y escatológico que se ha pergeñado literariamente en los últimos años.