Sucesión de pequeños poemas en prosa, en que Juan Ramón Jiménez, con inmensa ternura, resalta la simpática figura de un asnillo andaluz, llamado Platero.
El escenario es Moguer, frente al Atlántico, con ss blancas casas, sus viñas y naranjos, sus pinos, nogales y sus huertos.
Escrito con el corazón en la mano, este libro desborda luz, belleza, eterna belleza