Caballo de madera y otras canciones selecciona su particular fauna atendiendo a la fragilidad y aparente insignificancia de picaflor, musaraña, gusanito, luciérnaga, hipocampo, caracol, estrella de mar, ciempiés. A estos pequeños representantes de la escala zoológica añade el poeta, atendiendo al sesgo de marginalidad y desamparo que le sugieren, un gato imposiblemente enamorado, el perro callejero de la esquina de su cuadra, la pacífica y retozante foca cazada a mansalva, el pelícano de duro y sufrido pellejo.