La región amazónica se rige por leyes propias, las cuales regulan los pueblos ribereños y originarios. De estas leyes se ha servido el hombre amazónico para lograr preservar sus bosques, sus ríos y su fauna. Muchas veces se presentan en forma de mitos e historias, de relatos narrados por madres o abuelos, y se graban en nuestras mentes para recordarnos constantemente que es al más débil al que más cuidado le debemos poner. Por ello, es a través de los cuentos que las sociedades originarias del Amazonas dictaminan el actuar del hombre.