La evolución de la Teología Sistemática en los últimos años del siglo veinte ha sido bastante paradójica en muchos aspectos. Mientras en las décadas de los años 1960 y 1970 la Teología Sistemática era una materia en declive en declive, y algunos eruditos sugerían que debía ser eliminada, últimamente ha tenido lugar en las Seminarios, Facultades y Escuelas de Teología un resurgimiento sorprendente y considerable.